LA IMPORTANCIA DE LOS DETALLES EN LA DIETA

 In Design

Mucha gente se habrá propuesto mejorar en cuanto a su alimentación, como profesionales sanitarios del sector queremos marcaros unas pautas para que tengáis en cuenta y de manera realista, os deis cuenta de detalles en la dieta que a veces se pasan por alto, vamos allá.

1. A veces sin darnos cuenta tendemos a añadir en nuestra alimentación pequeños detalles que suman calorías. Me tomo un pescado hervido con patatas y una ensalada, qué bien estoy cuidándome, sin embargo, me he bebido 2 cervezas con la comida, mientras cocinaba me he comido unos frutos secos y además de postre como tenía ansiedad me he tomado un dulce, al final todo el esfuerzo ha resultado en vano. No hay trucos para evitar esto, concienciarse y ser fuerte es lo mejor que puedes hacer, comprometerte con tu objetivo y ser realista con lo que haces, a mucha gente le pasa esto. Además puedes meter más fibra como la cantidad de ensalada para saciarte más y evitar estos deslices.

2. Cocinar con demasiado aceite sin darnos cuenta: vas a hacer unas lentejas, le echas aceite al sofrito, luego en la olla cuando estás mezclando un poco de aceite o una carne algo grasa, la salsa de tomate que le echas también es frita y lleva grasa, además para rematar, una vez en el plato le volvemos a echar un chorrito de aceite de oliva, al final has añadido muchas calorías a un plato inicialmente saludable ( y no estamos hablando de haberle echado chorizos o morcillas).

3. Seleccionar carnes grasas cuando tenemos opciones mucho más saludables: a veces no miramos la diferencia entre una pechuga de pollo y un muslo de pollo, entre carne picada de ternera realmente baja en grasa y una que no es grasa. Imaginad que cogemos la típica carne picada de ternera que suele estar en torno a un 20% de grasa en comparación con una carne al 6%. Bien, ahora pongamos el caso de que nos vamos a comer 250gr de esa carne por ejemplo. La diferencia de elegir una carne a la otra es que con la carne que cogemos sin mirar nos tomaríamos en torno a 50gr de grasa que provienen solamente de la carne (a esto habría que añadirle la grasa que vamos a tomar aparte de otros alimentos) , por otro lado tenemos 15gr de grasa de la carne seleccionada. Tenemos por un lado 450 calorías que provienen de la grasa del corte típico de carnicería que hemos cogido, por el otro lado tenemos 135 calorías que provienen del corte limpio seleccionado. La diferencia son 315 calorías + provenientes de la grasa, solamente por elegir el corte más limpio. ¿Curioso verdad? Ahora imaginaros aplicar esto a otros pequeños detalles.

4. Al igual que en las carnes, estos pequeños detalles ocurren con el azúcar y grasas en ciertos cereales frente a otros, también en productos precocinados, al comprar un tipo u otro de pescado, etc.

5. La falsa sensación de comer sano cuando comemos fuera: a veces al comer en un bar o restaurante nos da la sensación de no habernos pasado, cuando realmente en la mayoría de establecimientos se cocina con bastante aceite y no se tienen en cuenta detalles mencionados anteriormente. Por lo que nos decidimos a ir al restaurante y pedir lo más sano que esté en el menú, comenzamos con unas judías pintas, la ración es bastante generosa y además lleva más grasa de cómo lo hubiésemos cocinado nosotros en casa (como es normal por otro lado, ya que se pretende que todo esté muy muy bueno y la grasa se nota). Viene el segundo plato, pedimos una lubina a la plancha, resulta que está hecha con aceite en la plancha, luego se le ha añadido una salsa verde también con aceite, además lleva patatas fritas de guarnición  y pimientos, también fritos. Hay pan disponible también, no podemos resistir a cogerlo ya que hemos pagado por ello. Finalmente creyendo a priori que porque hemos comido un plato de legumbres y un plato de pescado hemos cuidado nuestra alimentación, estamos muy equivocados. Además…. muy pocos cogen la fruta en vez de el brownie o la tarta de queso. Es normal, somos humanos, pero es importante darse cuenta de este hecho y no vivir en una mentira sin darnos cuenta.

6. Escuchar a nuestro cuerpo: tendemos a no escuchar para nada a nuestro cuerpo, si después de comer tienes siempre sueño, no te sientes ligero y estás lleno, es porque te has pasado, si tienes estas sensaciones es otro detalle a tener en cuenta, tal vez la porción que usas, el modo de cocinado o la materia prima que usas no es la más saludable.

7. Confundir hambre con ansiedad: tenía hambre y me tomé un dulce o una bolsa de patatas fritas, resulta que ya habías comido o no habían pasado ni 2 horas desde que comiste… Si no te rugen las tripas durante un buen rato y te sintieras en una necesidad fisiológica, siento decirte que no tenías hambre, sino ansiedad, hoy en día tenemos la suerte de no pasar hambre de verdad, hambre REAL, nunca.

No queremos transmitir un mensaje erróneo, las grasas son buenas y necesarias, pero muchas veces es realmente fácil pasarse con las mismas sin darnos cuenta.

Tras tratar todos estos puntos esperamos que os sirvan para poder mejorar en cierto grado vuestra alimentación y que estos detalles no fastidien vuestro progreso, ya que la termodinámica es una parte muy importante de la dieta, junto al metabolismo y entorno hormonal.

@centroeunik

centroeunik.com

Recent Posts